jueves, 7 de junio de 2012

LA CORONA DE ORO




"Vamos a poner la corona sobre la bendita imagen de Ntra. Sra. de los Dolores en su Soledad, pero no sólo vamos a coronarla con corona preciosa, porque una Madre solamente tiene una corona de la que puede siempre estar orgullosa, la del amor de sus hijos(...) y a mi me temblarán las manos de emoción porque con las mias estarán todas las vuestras; especialmente las de aquellos que sienten mayor soledad, de aquellos que sienten mayores dolores y quebrantos. Porque en esta corona están tantos y tantos sacrificios..En esta corona están los sentimientos de tantos hijos de Alcalá, que lejos de su pueblo, querrán estar aquí a nuesttro lado..."  (De la homilia del Cardenal Arzobispo de Sevilla D. Carlos Amigo Vallejo, 15 de junio de 1996. Pontifical de la Coronación Canónica).



Apenas corre la voz
que la corona su pueblo,
cuando proclaman los ángeles
sobre el más limpio silencio
el nombre de Soledad;
y repiten como un eco,
el arco iris más alto
y el más brillante lucero,
que la Virgen Dolorosa,
sol de los alcalareños, 
ve coronada sus sienes 
con el oro más auténtico,
¡los veinticuatro quilates
que atesoran en su pecho
corazones soleanos 
de los soleanos buenos! 
(...)

(...)
¡Qué  bien plantada la cera!
¡qué varales más enhiestos!
¡qué reluciente la plata!
¡qué claveles más abiertos!
¡qué nardos más delicados!
¡y qué bien sienta el pañuelo
en la mano celestial
de la Reina de los Cielos!
Y Ramón pregona y canta
la corona de los sueños
de todos los que esperando
la Coronación murieron.
Esa corona que es
de oro y es de recuerdos,
que es de oro y es de amor,
que es de oro y es de rezos.
La corona que labró
el taller de Manuel Seco
y a la que, plena de arte,
no cabe ponerle precio,
porque vale lo que valen
los mejores sentimientos!
(...)




(...)

Brillo de gloria en la esquila
de San Gregorio Ossetano
y un resplandor soleano
en tu mirada tranquila.
El atardecer destila
su elocuencia color rosa
para perfilar la hermosa
perspectiva de ese llanto
que regala el Viernes Santo
en tu cara dolorosa.

Tu mar de lágrimas riza,
cuando tu paso se asoma,
un corazón de paloma
que tiembla bajo la brisa.
Y la palabra precisa
encamina tus varales
por moradas celestiales
que el sentimiento prepara.
¡Qué primavera más clara
vive Alcalá cuando sales!

Avanza la luz, diseña
en una dulce porfía
entre el llanto y la alegría,
el sol de tu santo y seña.
Te reza Alcalá y se empeña
en decirte sus amores:

Para tí: ¡flor de las flores,
Madre dulce y soberana
Estrella de la mañana
y Virgen de los Dolores!

La plegaria de la gente
busca perfumar tu nombre
con un piropo que alfombre
tu itinerario doliente.
Y te dicen frente a frente
con la esperanza clavada
en la radiante mirada
de tu celestial rocío:
¡Reina de Alcalá del Río
y Soledad Coronada!
(...)


(Del Pregón de la Coronación Canónica, 14 de junio de 1996, Don Ignacio Montaño Jiménez, Hermano Honorario de la Hermandad de la Soledad e Hijo Predilecto del pueblo de Alcalá del Rio).

0 comentarios:

Publicar un comentario

Deja aqui tu comentario...