viernes, 4 de febrero de 2011

Enero de 1965

Bendición de la Capilla de la Soledad
(queremos dedicar esta entrada al equipo de investigación histórica y documental de la Hermandad, que con su entrega, tesón y perseverancia engrandecen cada día la historia de la Soledad de Alcalá del Río)

Tras casi una década de restauración y reformas, en el mes de enero de 1965 se reinauguraba la Capilla de la Hermandad de la Soledad. Atrás quedaban casi diez años de traslados: idas y venidas a la parroquia; no sólo para el Septenario sino también para la Bajada (subía a San Gregorio para realizar la Bajada), la Subida , Semana Santa, etc...El altar montado en la Iglesia de la Asunción se ubicaba, no donde lo hemos conocido en las reformas de los años 70, y finales de los 90: en el arco que da paso del presbiterio al altar de la Inmaculada; sino enfrente, en el presbiterio alto, debajo de donde hoy está colocada la vidriera de nuestro patrón San Gregorio. El sencillo altar lo componía una estructura que elevaba a la Virgen por encima de un hueco que hacía las veces de urna para el Señor. Lo demás eran enseres de la hermandad que no sabemos si siempre fueron los mismos o cambiaron alguna vez a lo largo estos diez años. Como ejemplo, traemos esta fotografía de principos de los 60, extraída de un boletín de la Hermandad (septiembre de 1999). En ella vemos que se ha compuesto un dosel con cuatro varales del paso de subir y bajar, una de las capas de los armaos y el faldoncillo del dosel del Septenario. La tablazón sobre la que  está la Virgen y el techo de la urna están adornadas por un listelo plateado que formaba parte del moldurón que tenían los pasos cuando se llevaban a hombros (como ocurría entonces). Los demás adornos son candelabros, jarras, cuadros y paños que aún conserva la Hermandad.


Tenemos varios motivos por los que pensar que la fotografía ha sido realizada después de Semana Santa. El más elocuente son las flores de calas que adornan el altar, propias de la primavera y que tradicionalmente exornan el palio de traslados provenientes de los patios y arriates de las hermanas soleanas.También podemos hacer la anterior afirmación por la vestimenta de la Señora, claramente las de salida del Viernes Santo, sólo cambia el manto liso negro. Y también por las flores de cera, tanto grandes como pequeñas, que acompañan a la Virgen en su palio.
El 1 de enero de 1965 se realizó triunfal procesión de regreso a San Gregorio en el paso de palio. El Señor se dispuso a los pies de la Virgen, y le daban luz dos de los faroles de los Freire del s. XVIII. Ya en la próxima Semana Santa se tenía previsto salir a costaleros por lo que se disponía de la parihuela y los respiraderos nuevos para la ocasión. Tal como muestra la siguiente fotografía, el Señor y su Madre se pasearon por vez primera a costaleros por Alcalá aquel día de año nuevo del 65. Podemos observar al cura D. Manuel Ruiz Páez, al mayordomo D. Luis Gallardo, al capataz un tal Sr Cejudo, y de escolta un guardia civil.


Y es que ese día vinieron la Guardia Civil de Eritaña y la banda de Guillena para la procesión. Ni que decir tiene lo difícil que sería hoy en día mover a una banda en año nuevo, e inimaginable es el día de gloria que pasarían nuestros antepasados..., que tal como muestra la foto se echaron a la calle para abarrotar la Laguna como si de un Viernes Santo se tratara.


Esta euforia vivida es lo que muestra la siguiente fotografía, un grupo de hemanos soleanos se retratan delante de un paso de palio "para la historia": donde aún podemos intuir al Señor por el sudario de telas que usaba antes y por su brazo y mano derechos. Sería una vez llegados a la capilla o días después. Dos observaciones haremos a la vestimenta de la Virgen, no llevaba toca de sobremanto, algo tan normal hoy en día, nunca lo hemos visto en fotos antiguas de la Señora en su palio. Y también nos atreveríamos a decir que la saya no es la de Patrocinio López de salida, sino la asimétrica de "la Mataora".

El prestigioso taller de ebanistería de Manuel Casana de Sevilla fue el encargado de realizar los interiores de los arcos, tanto el de entrada como los dos ciegos laterales del interior, a base de casetones tallados y dorados en oro fino sobre fondo burdeos. Pero destaca en esta labor el magnifico artesonado del techo, una obra digna de admiración donde se combinan las formas de acantos, guirnaldas y otros motivos vegetales dorados con pan de oro combinados con la madera en su color, obra del mismo taller.



A la elegancia que dan las paredes forradas de terciopelo burdeos con galones de oro se le une otra obra maestra, sin duda, como es el zócalo de azulejos de la fábrica trianera Ramos Rejano (ver entrada del blog), una explosión de colores vivos con toda clase de motivos vegetales y animales que van enmarcando en cada paño las catorce estaciones del Via-Crucis de nuestro Señor.


Las lampareras a los lados del altar y las vidrieras con ángeles de rodillas encima de éstas crean un ambiente acojedor que invitan a la oración a nuestros Sagrados Titulares tal como rezan en dichas vidrieras: "MATER DOLOROSA, ORA PRO NOBIS".

El retablo regalo a Nuestra Señora en 1816 por la familia Zambrano también fue restaurado y dorado de nuevo en oro, además de añadirsele diversos adornos barrocos a todo el conjunto, algunos de ellos con escudos y símbolos de la Pasíon de Nuestro Señor Jesucristo.


Todos los actos y cultos extraordinarios concluyeron con un solemne y simbólico Besapies y Besamanos el día de la Epifanía del Señor, en el que soleanos y soleanas de todas las clases adoraron al Señor, recién nacido, en el regazo bendito de su Madre, la Reina de Alcalá del Río.









0 comentarios:

Publicar un comentario

Deja aqui tu comentario...